Fabricado en el siglo XVIII, en la ciudad alemana de Baviera, fue traído por unos comerciantes cartageneros, pasando a convertirse en una figura entrañable del casco antiguo de la ciudad. Encaramado, majestuoso y pomposo, observó durante más de dos siglos el devenir de los cartageneros desde su esquina de la calle del Duque con Caridad.
“El Gallo”, también conocido por “el Gallo de la esquina del guardia”, daba nombre al establecimiento que presidía, comercio de tejidos desde mediados del s. XVIII hasta que en 1882 pasó a ser tienda de calzados.
En los comienzos del cinematógrafo fue sede de distribuidoras de películas para venta y alquiler, principalmente de la distribuidora Pathé, coincidiendo el anagrama de ésta con el del establecimiento.
Hecho de zinc, estaba formado por dos piezas y con tan perfecta terminación que estando más de dos siglos a la interperie, jamás se oxido; sobreviviendo a la insurrección cantonal y a la guerra civil.
Fue robado en 1984 y devuelto días después por los mismos ladrones, que dejándolo bajo un camión en el depósito municipal, avisaron a la policía. Por desgracia, en noviembre de 1996 volvió a ser robado y esta vez no apareció, pese a la recompensa ofrecida por su propietario.
Qué pena que se perdiera definitivamente…
Y el edificio…
Los hermanos Castelló hicieron estas películas sobre la semana santa de Cartagena. El último propietario de la zapatería Jose Castelló Ferrer, las encontró en el negocio y las publicaron en un periódico de Cartagena hace unos años.
Efectivamente son una joyita. Gracias por la aportación.