Ayuntamiento de Cartagena

El Ayuntamiento de Cartagena ocupaba un edificio del s. XVIII, ubicado en la Plaza de Santa Catalina o de las Monjas. El deterioro que sufría dicho edificio, el desarrollo que estaba experimentando la ciudad a finales del s. XIX, y la aparición de una burguesía más afianzada, hicieron conveniente levantar un nuevo edificio adaptado a las distintas expectativas.

El antiguo edificio fue derribado en 1893, y en 1894, el ayuntamiento aún no tenía ubicada definitivamente a la corporación. Se gestionó la compra de la Casa Pedreño, pero debido a su elevado coste, no fraguó.

Plaza de las Monjas

Plaza de las Monjas, conocida así por un monasterio que hubo frente al ayuntamiento. A la izquierda se aprecia la fachada de la antigua casa consistorial. Fotografía tomada por Casaú a finales del s. XIX.

Plaza de las Monjas

Plaza de las Monjas.

Fotografía tomada en 1894 donde aparece el antiguo edificio del ayuntamiento.

Fotografía tomada en 1894 donde aparece el antiguo edificio del s. XVIII, remodelado varias veces hasta su demolición.

El puerto de Cartagena. A la izquierda podemos apreciar la torre del ayuntamiento.

1902. Dársena de botes. A la izquierda de la imagen podemos observar la torre del ayuntamiento y hacia la derecha la antigua catedral y la puerta del Muelle.

Se decidió construir un nuevo edificio donde antes estaba el antiguo, y fue encomendado al arquitecto municipal Tomás Rico, colocándose la primera piedra el 7 de marzo de 1900, con un acto oficial presidido por el alcalde Mariano Sanz Zabala.

Construcción del nuevo palacio consitorial.

Construcción del nuevo palacio consitorial.

Obras de construcción en la rotonda donde se encuentra la alcaldía y el reloj.

Durante la construcción del edificio, se produjeron retrasos originados por la falta de material, o por problemas de cimentación sobre el inestable terreno (allí se encontraba el muelle en el s. XVI), lo que motivó las posteriores grietas aparecidas en su fachada a lo largo del tiempo.

El edificio, cuyo coste fue de 1.780.437,37 ptas., fue inaugurado en 1907, aprovechando la visita a Cartagena del rey Alfonso XIII y el rey Eduardo VII de Inglaterra para la firma de los “Pactos de Cartagena”. En enero de 1908 la Corporación se instaló en el nuevo edificio.

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Última fase de la construcción, hacia 1906.

1907. Con motivo de la visita del rey Alfonso XIII, se cubrió con un escudo el hueco del reloj que aun no había sido colocado.

1907. Con motivo de la visita del rey Alfonso XIII, se cubrió con un escudo el hueco del reloj que aun no había sido colocado.

Vista lateral

Vista lateral del Palacio Consistorial desde la futura plaza de los Héroes de Cavite.

Es un suntuoso palacio de planta triangular, con cuatro cúpulas y rotondas en las esquinas. Cada fachada, de granito de Villalba y mármol blanco de Macael, tiene un tratamiento diferente. Así, la principal, que mira a la Plaza del Ayuntamiento, se realza con el pórtico y el eje central, marcado en planta, y rematado por el escudo de Cartagena y la cúpula mayor. En la fachada que da a la calle Alcalde Zamora, destaca un gran balcón corrido al que se abren tres esbeltos arcos de medio punto.

El resultado es un edificio ecléctico con un indudable aire clasicista acorde con su función de Casa Consistorial.

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Fotografía de Casaú que muestra la fachada que asoma a la calle Alcalde Zamora.

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Vista de la fachada principal donde destaca el adelantado cuerpo central con su gran cúpula.

En el eje central, que incluye la tribuna y el pórtico, destaca el uso del frontón, la columna y otros elementos clasicistas como los ventanales dintelados. En el resto del edificio se combinan motivos geométricos: puntas de diamante, círculos y grandes mensulones. Las cúpulas de cinc y la composición de ventanas, con óculos enmarcados por pilastras, le dan una apariencia muy afrancesada. El aire modernista se lo dan los motivos florales, las bases de las columnas de la rotonda, las cabezas coronadas en las esquinas, los diseños de forja y puertas, las balaustradas de los balcones, los detalles decorativos de las cúpulas y el diseño del marco del reloj. En el interior, prácticamente todo el diseño es modernista.

Imagen del ayuntamiento al poco de su inauguración.

Imagen del ayuntamiento al poco de su inauguración.

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Vista general desde el puerto.

Junto al salón de plenos y la ornamentación de la alcaldía, el conjunto ovalado que forman el vestíbulo y su escalera imperial es lo que más destaca del interior. Éste se ve realzado por la luz que entra por los lunetos y la vidriera central. En él se combinan las columnas y pilares de hierro de la fundición La Salvadora con el noble mármol, la exuberante decoración floral de las balaustradas y la luminosidad de sus lámparas.

1927. Sala de Sesiones.

1927. Salón de Plenos.

Años 50. Imágenes del vestíbulo.

Años 50. Imágenes del vestíbulo.

Cabe resaltar, entre la colección de pinturas distribuidas por el edificio, la obra pictórica de Inocencio Medina Vera en el techo de la antesala de la alcaldía. Una obra alegórica que representa a Cartagena “minera y marinera” y que describe así Pérez Rojas: “Sobre un bloque de piedra una delicada figura femenina coronada con las almenas de la torre del escudo local representa a Cartagena. Una figura a la que el aire agita su manto carmín y que resalta por la elegancia de sus gestos en la pose de las piernas y brazos. A sus lados dos personajes masculinos, ejecutados con extremo realismo representan a dos obreros con el torso desnudo, la piel de la cara curtida y la barba enjuta. Uno de ellos, la minería, sostiene un pico con un brazo y el otro brazo reposa sobre un capazo repleto de mineral, a sus pies una linterna, una pala y una vagoneta de minas; enfrente su compañero del mar está sentado sobre otras rocas y apoyado en una cuerda de polea de barco, a los pies un ancla habla del mar, se trata de un marinero de la misma procedencia social que el minero: el pueblo. A los pies de la composición el escudo de Cartagena con su ajetreo de barcos”

 la obra pictórica de Inocencio Medina Vera en el techo de la antesala de la alcaldía. Una obra alegórica que representa a Cartagena “minera y marinera” (Foto: Juan de Dios Sáez)

La obra pictórica de Inocencio Medina Vera en el techo de la antesala de la alcaldía. (Foto: Juan de Dios Sáez)

El edificio se distribuía de la siguiente forma: en la planta baja los juzgados de primera instancia, laboratorio, guardia municipal, parque de bomberos, almacén de barrenderos y los servicios de higiene; en el primer piso el salón de sesiones, despachos de comisiones, alcaldía, secretaría, contador oficial mayor, arquitecto, depositario, archivero, oficinas y sala de subastas; en el segundo piso, archivo, y habitaciones particulares del secretario, juez de primera instancia y mayordomo.

Plaza del Ayuntamiento, 1919. El agua llegó hasta una altura de 3,2 m. en la calle Real y 3 m. en la calle Carmen y Santa Florentina.

Inundaciones de 1919. Plaza del Ayuntamiento. El agua llegó hasta una altura de 3,2 m. en la calle Real y 3 m. en la calle Carmen y Santa Florentina.

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Años 50.

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Plaza del Ayuntamiento en los años 50. En el centro el edificio de oficinas de la Mancomunidad de Canales del Taibilla.

27 Plaza del Ayuntamiento. 1953.

La plaza del Ayuntamiento en 1953.

Años 70

El Submarino Peral y al fondo el Ayuntamiento a finales de los 70.

El 25 de abril de 2006, tras once largos años de rehabilitación, realizada por el arquitecto Juan Antonio Molina, el Palacio Consistorial ha vuelto a ser entregado al ayuntamiento por la ministra de Vivienda María Antonia Trujillo y ahora vuelve a relucir para regocijo de propios y extraños.

Fachada principal del Ayuntamiento tras su restauración. (Foto: Juan de Dios Sáez)

Fachada principal del Ayuntamiento tras su restauración. (Foto: Juan de Dios Sáez)

Detalles del interior. Fotografías tomadas por Juan de Dios Sáez:

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Depósito de aguas del Monte Sacro

Desde siempre, el agua ha sido un problema acuciante en nuestra región, tanto para nuestros campos como para las ciudades. Problema que iba en aumento al mismo ritmo que crecía la población.

Para paliar su escasez, en 1761 se construyen varias fuentes públicas y se cuenta con pozos y cisternas, cuyas aguas se venden a precios elevados, solo al alcance de unos pocos privilegiados.

Los aguadores eran los encargados de abastecer de agua potable a la población.

Los aguadores eran los encargados de abastecer de agua potable a la población mediante cubas conducidas por caballerías.

Ya en 1880, el suministro de agua a la ciudad, se convierte en uno de los principales problemas a los que tiene que hacer frente Cartagena.

En esta década se crean varias compañías abastecedoras de agua. Entre ellas se encuentra la Santa Bárbara, cuyo manantial dista 14 Km. de Cartagena, en la carretera de Mazarrón.

La compañía francesa Aguas de la Suerte se constituye, como la anterior, en 1880, y tiene su alumbramiento en Los Patojos.

En 1883 se crea la compañía Aguas Los Cartageneros y su nacimiento se encuentra en la diputación de Galifa.

Estas dos últimas compañías, Aguas de la Suerte y Los Cartageneros, son absorbidas por una compañía de Manchester (Inglaterra) fundada en 1889: The Carthagena Waters Work, que más tarde se denomina The Carthagena Mining and Water Co. Ltd.

Esta compañía tiene su alumbramiento a 16 Km. de Cartagena, en la diputación de Perín, y más concretamente en el paraje conocido como Finca del Inglés. Enclave en la que se ubica su sede, un edificio modernista construido por los arquitectos Tomás Rico y Francisco de Paula Oliver Rolandi.

Finca del inglés, en la diputación de Perín.

Finca del Inglés, en la diputación de Perín.

Las galerías de alumbramiento se asocian en cuatro manantiales: El Charco, Los Barrantes, Los Barbastres y la Fuente Vieja, a los que se añade el de Los Cartageneros.

Durante la gerencia de Otto Leverkus se construye un sistema de conducciones formadas por filtros, depósitos y canalizaciones cuya longitud supera los 7 Km.

Las aguas, una vez captadas, son conducidas por tubería de hierro de 15 cm. de diámetro a 6 depósitos de los que aun se conservan el de la Torre de Nicolás Pérez, el de Canteras y el de los Molinos Marfagones. Desde este último, parten las cañerías hasta el depósito situado en la cima del Monte Sacro o Cantarranas.

Depósito de aguas Nº 1 de Canteras.

Depósito de aguas Nº 1 de Canteras.

Este depósito, con aspecto de fortaleza, es el más conocido por todos, al encontrarse situado en lo alto de una de las cinco colinas que circundan la ciudad. El edificio, de planta rectangular y muros de sillarejo de gran grosor, aparece compartimentado en seis depósitos.

8 de febrero de 1906. Construcción de la estación de ferrocarril. A la derecha de la imagen podemos observar el depósito de agua.

8 de febrero de 1906. Construcción de la estación de ferrocarril. A la derecha de la imagen, tras el molino del cerro de Despeñaperros, el depósito de agua en la cima del Monte Sacro o Cantarranas.

Posiblemente imagen tomada en 1915. Gran Hotel.

Preciosa vista de Cartagena con el Arsenal en primer plano y la cúpula de la Iglesia de la Caridad. En la mitad izquierda podemos ver el depósito de aguas. Esta imagen debe estar tomada aproximadamente en 1915, ya que a la derecha de ésta aparece el Gran Hotel, aun sin finalizar de construir.

Tras la Muralla de Tierra, el cerro de La Cruz o Despeñaperros y en la cima del Monte Sacro observamos el depósito de agua de la Compañía Inglesa.

Durante las inundaciones de 1919, tras la Muralla de Tierra, el cerro de La Cruz o Despeñaperros y en la cima del Monte Sacro observamos el depósito de agua de la Compañía Inglesa.

Imagen  tomada en 1930.

Imagen tomada en 1930.

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Otra vista panorámica de Cartagena con el depósito de aguas al fondo.

Calle Martín Delgado

La calle Martín Delgado, una de las que acceden al Monte Sacro.

Iglesia de San Diego.

La Iglesia de San Diego y a la izquierda el depósito de los ingleses.

Como curiosidad, los encargados de la instalación, el señor Mariano y la señora Dolores, que tienen su vivienda junto al depósito, de extranjis, abren una de las cañerías de la instalación para dar agua a alguna de sus vecinas.

Muchos años más tarde se instala en el depósito una antena de FM para Radio Juventud de Cartagena y durante una época se establece la Asociación Astronómica de Cartagena.

Actualmente, y a pesar de estar catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC), se encuentra abandonado y en estado ruinoso.

Obras

En 2010 se empezó a llevar a cabo la construcción de unos edificios en la falda del Monte Sacro. El ataque al patrimonio arqueológico y a una zona emblemática de la ciudad movilizó a la población logrando parar las obras.

Fachada

Sobre esta colina se emplazó el templo dedicado a Hércules-Melkart y Cronos-Saturno en época púnica y romana. En el plan de fortificación de Martín Zermeño emplazó el caballero del baluarte de Cantarranas.

Interior

Interior en estado de abandono.

El Castillito de Los Dolores

Creo no equivocarme si afirmo que este edificio, aún siendo una construcción notable, aportó menos al patrimonio arquitectónico de Cartagena que al desarrollo imaginativo de sus niños. Recuerdo todavía cuando alguna noche, de regreso por la carretera de Los Gabatos, vislumbraba una tenue luz en alguno de los torreones y la imaginación se me disparaba en mil elucubraciones. Por desgracia, la magia que envolvía al palacete desapareció con los años, no por mi madurez, sino por la edificación del entorno, que trasformó su bosque encantado en una moderna urbanización, encuadrándolo dentro de la ciudad para siempre.

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Siento que la historia del mítico Castillito no esté sembrada de brujas, caballeros o princesas, como debería ser, sino de una realidad bien distinta que os contaré a continuación.

El Castillito en 1989. En primer plano una de las garitas (Foto: Salvador Zamora)

El Castillito en 1989. En primer plano una de las garitas (Foto: Salvador Zamora)

En el barrio de Los Dolores, en la actual urbanización de Castillitos, se encontraba la finca de D. Pedro Conesa Calderón, uno de los comerciantes más ricos de Cartagena, poseedor de varios edificios en importantes calles de la ciudad como Santa Florentina y la Puerta de Murcia, entre ellos el desaparecido Pasaje Conesa.

En la Puerta de Murcia mandó construir para su hija, Antonia Conesa, y su yerno, Isidoro Calín, el edificio del Palacio del Marqués de Fuente Sol que también da a las calles Castellini y Conducto. Isidoro Calín era propietario de grandes extensiones de tierras desde La Aljorra hasta Los Dolores, y dueño de la conocida Torre Calín. Fruto de este matrimonio es su hija Antonia Calín Conesa.

D. Pedro Conesa encargó que se construyera en su finca de Los Dolores un rincón de juegos como regalo para su nieta Antonia, una construcción que hiciera las veces de “casa de muñecas”. Semejante excentricidad fue posible gracias a su alto estatus económico.

Antonia Calín Conesa se casó con D. José de la Figuera y Cerda, el primer Marqués de Fuente Sol que llegó a Cartagena, y estuvieron viviendo en el edificio que construyó su abuelo Pedro Conesa para sus padres en la Puerta de Murcia. «El Castillito» se utilizaba como residencia de veraneo, conociéndose a partir de entonces como el castillito del marqués.

El hijo de ambos, D. José de la Figuera y Calín, ingeniero naval, se casó con Dª María del Carmen López Casal y estuvieron viviendo, junto a sus hijos, en la finca de Castillitos hasta que éste falleció el 14 de junio de 1952 y su viuda se trasladó a Madrid.

El Castillito en 1989 (Foto: Salvador Zamora)

El Castillito en 1989 (Foto: Salvador Zamora)

El Castillito data de 1900 y fue edificado en la parte más elevada de la propiedad, dominando toda la finca. Esta obra está atribuida a Tomás Rico, arquitecto de la primera vivienda de Pedro Conesa.

Torre y buhardilla de la cara norte, 1989 (Foto: Salvador Zamora)

Torre y buhardilla de la cara norte, 1989 (Foto: Salvador Zamora)

Es un edificio muy peculiar, construido con una pintoresca fantasía premodernista. La decoración de las fachada se basa en la combinación del ladrillo rojo y la piedra artificial. La planta baja es de piedra acanalada con adornos de ladrillo; en contraste, el piso superior es de ladrillo y la piedra artificial se limita a los adornos. Los guardapolvos de ladrillo en la planta baja, las cadenas de las esquinas, las buhardillas y los temas de tipo griego que decoran los guardapolvos del piso superior, podían ser motivos identificativos de Tomás Rico. Los tejados son muy puntiagudos y le dan un aire de villa colonial. Adosadas a la planta se encuentran dos torres cilíndricas que corresponden a dos cajas de escalera. La parte superior de las torres está rodeada por un balcón de hierro y coronada por una cúpula cónica.

Fachada norte, 1989 (Foto: Salvador Zamora)

Fachada norte, 1989 (Foto: Salvador Zamora)

Detalle de la parte superior de una de las torres, 1989 (Foto: Salvador Zamora)

Detalle de la parte superior de una de las torres, 1989 (Foto: Salvador Zamora)

Los interiores estaban decorados con bellas pinturas, ricos tapices y ambientaciones de inspiración islámica en algunos rincones.

En el exterior, al sur de la vivienda, se encontraba una terraza con balaustres a la que se accedía por una escalera. Ésta estaba flanqueada por unas garitas de planta hexagonal de ladrillo, adornadas con motivos geométricos. El jardín se completaba con una serie de estatuas, fuentes y bancos recubiertos de trencadís (azulejería troceada).

Puerta interior, 1989 (Foto: Salvador Zamora)

Puerta interior, 1989 (Foto: Salvador Zamora)

Uno de los techos, previo a su última restauración.

Uno de los techos, previo a su última restauración.

Detalles del interior aun sin restaurar (Foto: Juan de Dios Sáez)

Detalles del interior aun sin restaurar (Foto: Juan de Dios Sáez)

Desde el interior de la torre sur del Castillito partía un túnel subterráneo que comunicaba con la vivienda, de aspecto más sencillo, situada en la margen derecha de la finca.

Obras de rehabilitación del Castillito, donde se puede ver en la zona inferior parte del túnel que accedía a la vivienda.

Obras de rehabilitación del Castillito, donde se puede ver en la zona inferior parte del túnel que accedía a la vivienda.

El 1 de marzo de 1988, Dª María del Carmen López Casal, marquesa de Fuente el Sol, viuda de D. José de la Figuera y Calín, vendió la finca a una constructora, exceptuando el Castillito, que cedió al Ayuntamiento en mayo de ese mismo año para su uso como instalación lúdica o zona verde. Fue decalarado Bien de Interés Cultural el 24 de octubre de ese mismo año. A pesar de su protección BIC sufrió un proceso de abandono, degradación y saqueo, que pasó incluso por más de un incendio.

En junio de 2000, finalizó una primera restauración del edificio realizada por la Escuela Taller de la Agencia de Empleo. En junio de 2001, la Escuela Taller Jardín Botánico el Castillito de Los Dolores acondicionó un jardín botánico con plantas autóctonas en los alrededores del palacete.

Actualmente, y tras una nueva y excelente rehabilitación, la mansión alberga un cuartel de la Policía Local.

Imagen del Castillito en la actualidad. Sede de la Policía Local.

Imagen del Castillito en la actualidad. Sede de la Policía Local.

A continuación una serie de fotografías realizadas tras la magnífica restauración, cedidas por Juan de Dios Sáez.

Exterior1

Exterior2

Exterior3

Exterior4

Vestíbulo1

Vestíbulo2

Sala del balcón

Sala de los pajaritos3

Sala de los pajaritos2

Sala de los pajaritos1

Escaleras y pasillos

La Casa Llagostera

En la calle Mayor de Cartagena se levanta la Casa Llagostera, según Pérez Rojas: “el edificio con la fachada más original y hermosa de la arquitectura murciana del siglo XX”. Los Llagostera eran una familia de comerciantes catalanes afincados en Cartagena y que pertenecían a la influyente burguesía comercial de principios del siglo XX.

Fachada principal de la Casa Llagostera (Foto: José Antonio Rodríguez)

Fachada principal de la Casa Llagostera (Foto: José Antonio Rodríguez)

D. Esteban Llagostera Puntí y su esposa, Julia Molina Macabich, eran propietarios de una villa situada en las proximidades del Barrio de Los Dolores, conocida como el “Huerto de las Bolas”. Satisfechos con la labor realizada por Víctor Beltrí en aquella propiedad, le encargó, en noviembre de 1913, la construcción de un edificio a la altura del número 25 de la calle Mayor (antiguos 37 y 39 de la calle Isaac Peral). El proyecto consistía en derribar las dos casas y reconstruir una sola vivienda.

Se trataba de una casa de tres pisos y bajo comercial. Los propietarios ocupaban el primer piso, mientras que en la planta baja, donde permanece cerrado el Gran Bar, se encontraba el comercio de la familia, dedicado a la venta de tejidos. En la azotea quedan restos de un torreón, que en su día, servía al dueño para comunicarse, mediante banderas, con la torre del “Huerto de las Bolas»

Membrete del comercio de tejidos de Esteban Llagostera. En una guía de Cartagena, de 1902, aparecen como donantes de una alfombra de terciopelo de 12 metros para el presbiterio de la Iglesia de la Caridad. (Foto: Juan Ignacio Ferrández)

Membrete del comercio de tejidos de Esteban Llagostera. En una guía de Cartagena, de 1902, aparecen como donantes de una alfombra de terciopelo de 12 metros para el presbiterio de la Iglesia de la Caridad. (Foto: Juan Ignacio Ferrández)

La fachada sigue el habitual esquema cartagenero de miradores laterales y balcones centrales que la dividen en tres ejes verticales. En los miradores, de madera, se pueden observar entre algunos listones pequeños trozos de cerámica.

Detalles de los miradores.

Detalles de los miradores.

Detalles de los miradores.

Detalles de los miradores.

En las balconadas se encuentra lo que hace de este edificio una obra tan peculiar: su decoración a base de cerámica pintada de vivos colores, obra del ceramista y pintor Gaspar Polo. En ellas aparecen representadas las figuras mitológicas de Minerva y Mercurio, símbolos de la sabiduría y del comercio. A ambos lados de la diosa los escudos de Barcelona y Murcia, y flanqueando a Mercurio los de Manlleu y Cartagena refiriendo a los lugares de origen y de trabajo de la familia Llagostera. Escudos y divinidades se encuentran separados por puertas de madera acristaladas. En el último piso y entre la representación de dos jarrones decorativos, figura el escudo de España. Encima de estos, un remate curvo presenta unos fustes con capitel jónico y elementos de carácter vegetal a modo de corona de laurel.

El escudo de Manlleu, el dios Mercurio y el escudo de Cartagena (Foto: Juan de Dios Sáez)

El escudo de Manlleu, el dios Mercurio y el escudo de Cartagena (Foto: Juan de Dios Sáez)

El escudo de Barcelona y la diosa Minerva.

El escudo de Barcelona y la diosa Minerva.

Encima de la cornisa, y apenas visible desde abajo, aparece escrito en azulejos: “Casa Llagostera”. La obra debió de finalizar en 1916, fecha que aparece junto a la firma del ceramista en el borde interior del recuadro de Mercurio. La ornamentación de la fachada se completa con la adecuación de elementos constructivos como ménsulas de piedra, dinteles y soportes tallados con motivos vegetales muy modernistas, además de un trabajo muy destacable en rejerías de forja.

Parte superior del edificio donde se puede leer: "Casa Llagostera"

Parte superior del edificio donde se puede leer: «Casa Llagostera»

Cornisa con decoración floral. Se aprecia parte del rótulo "Casa Llagostera"

Cornisa con decoración floral. Se aprecia parte del rótulo «Casa Llagostera»

Detalle de la cornisa.

Detalle de la cornisa.

Detalles de la fachada (Foto: José Antonio Rodríguez)

Detalles de la fachada (Foto: José Antonio Rodríguez)

Detalles de la fachada (Foto: José Antonio Rodríguez)

Detalles de la fachada (Foto: José Antonio Rodríguez)

Detalles del interior (Foto: José Antonio Rodríguez)

Detalles del interior (Foto: José Antonio Rodríguez)

La rejería de la escalera era igual a la de los balcones (Foto: José Ignacio Ferrández)

La rejería de la escalera era igual a la de los balcones (Foto: Juan Ignacio Ferrández)

Detalle del interior (Foto: José ignacio Ferrández)

Detalle del interior (Foto: Juan Ignacio Ferrández)

Durante los años setenta se tuvo que apuntalar el edificio por su precario estado, restaurándose parcialmente e interviniendo su fachada en el año 1978. Durante años ha padecido un largo proceso abandono, sufriendo incluso en su interior, actos de vandalismo e incendios.

Ha tenido varios dueños, entre ellos el Hospital de la Caridad y diversos propietarios privados. Después de dos años desde su última intervención, solo se ha derribado todo su interior y su fachada permanece oculta a falta de comenzar su restauración.

La botica de la calle Mayor

Seguro que la mayoría de los cartageneros, al pasar por la calle Mayor, nos habremos fijado en los edificios derribados que hacen esquina con la calle Medieras, y aún más en unas restos descubiertos en el interior de lo que antes era una farmacia, destacando un gran aljibe de la primera mitad del siglo XIX. Para los interesados en este lugar, les narraré algunos retazos de su historia.

Restos encontrados en el solar.

Restos encontrados en el solar.

Situado en la parcela que hoy es manzana de la calle Mayor, Medieras, Aire y plaza San Sebastián, se encontraba el convento de Santo Domingo, fundado en 1580 por predicadores dominicos bajo la advocación a San Isidoro. El modesto convento se mandaría derribar para la posterior venta del solar, siguiendo el plan de Desamortización de Mendizábal. Este plan se basaba en un Real Decreto supresor de conventos y casas religiosas, firmado por la reina Isabel II el 25 de julio de 1835.

Don Benito Pico, en una parcela del solar comprada por su padre y que hace esquina con la calle Mayor y Medieras, construyó una botica para su hijo Eduardo Pico y Bres. Éste nació en Cartagena el 29 de agosto de 1829 y recibió su doctorado en Farmacia por la Universidad Central de Madrid el 20 de abril de 1855. En 1856 ya estará al mando de su recién estrenada botica.

Eduardo Pico y Bres.

Eduardo Pico y Bres.

Eduardo Pico y Bres.La enorme personalidad de Eduardo Pico y Bres imprimió carácter a la casa. Hasta su muerte, en 1902, no hubo acontecimiento, exposición, epidemia, plaga, empresa humanitaria, etc., donde no estuviera activamente presente. En plena juventud y con grandes inquietudes, estaba dispuesto a hacer de su rebotica el centro neurálgico de todos los nervios políticos y artísticos de la ciudad.

Su proyección intelectual derivó por varios frentes. Por un lado, la cartagenerísima “Sociedad de los Burros”. Más allá, una preocupación política, que le llevó a jugarse la vida en conjuraciones. Después, la inquietud artística por la que dará a conocer a los cartageneros al gran Ussel de Guimbarda y tomará contacto con el poeta Monroy. También, su actividad municipal en épocas muy difíciles para la ciudad (consecuencias cantonales, epidemias, plagas, etc.). Y por último, una dedicación espiritual y material al cementerio de Ntra. Sra. de los Remedios, a la Cruz Roja y al Santo Hospital e Iglesia de la Caridad.

Fue un entusiasta progresista, enamorado de las ideas liberales, cuya farmacia sirvió de centro principal para la conspiración política cartagenera. Allí se forjaban órdenes que, de haber sido públicas, costarían la libertad o la vida a quienes las recibían o las daban. Allí concurría Olozaga y estuvo disfrazado, en una noche memorable, el inolvidable general Prim. También pasaron Manuel Ruiz Zorrilla, Gaminde, Milans del Bosch y cuantos progresistas importantes visitaron Cartagena para preparar el alzamiento contra el decadente régimen monárquico. Tal fue la importancia de la botica clandestina que como resultado del alzamiento triunfó la Revolución del 68, “La Gloriosa”, que acabó con el destronamiento y exilio de Isabel II y la instauración de una monarquía constitucional.

También allí, Prim, Zorrilla y sus ilustres acompañantes expusieron sus planes para el desarrollo de los principios que más tarde se verían reflejados en las leyes democráticas que forman la Constitución Española de 1869.

El general Juan Prim i Prats, destacado militar y político, defensor de la monarquía constitucional, propuso a Amadeo de Saboya al trono, ocupó el Ministerio de la Guerra y fue Presidente del Gobierno tras la Revolución del 68. Asesinado en Madrid en 1870.

El general Juan Prim i Prats, destacado militar y político, defensor de la monarquía constitucional, propuso a Amadeo de Saboya al trono, ocupó el Ministerio de la Guerra y fue Presidente del Gobierno tras la Revolución del 68. Asesinado en Madrid en 1870.

Manuel Ruiz Zorrilla (izq.), fue designado presidente de las Cortes constituyentes y proclamó a Amadeo I de Saboya (dcha.) como nuevo rey.

Manuel Ruiz Zorrilla (izq.), fue designado presidente de las Cortes constituyentes y proclamó a Amadeo I de Saboya (dcha.) como nuevo rey.

De la botica salieron los componentes de la Junta revolucionaria que ejerció la autoridad tras el triunfo de la Revolución.

Eduardo Pico y Bres, junto a José Mª Vera, Tomás Ametller, Andrés Pedreño y el arquitecto Carlos Manchas entre otros, se presentó en el Ayuntamiento proponiendo la construcción de un cementerio municipal con el nombre de Ntra. Sra. de los Remedios, para lo cual se comprometen a facilitar los fondos necesarios sin ningún interés. Por lo tanto, podemos decir que el cartagenero cementerio es producto de los progresistas, y su habilitación, uno de los más importantes acuerdos tomados por la Junta de Cartagena, presidida por Prefumo.

El 1 de enero de 1875, la farmacia pasa a Simón Higinio Martí y Pagán, hijo de Simón Martí (conspirador y tertuliano con Pico). La farmacia vuelve otra vez a manos de Eduardo Pico tras la muerte de Simón Higinio Martí en 1886. Don Eduardo se haría cargo de ella hasta abril de 1902, que pasaría a Agustín Malo de Molina y Pico, su sobrino.

La farmacia en 1920. Fotografía de Agustín Malo de Molina.

La farmacia en 1920. Fotografía de Agustín Malo de Molina.

La farmacia, propiedad de Mª Dolores Ros, en 1993.

La farmacia, propiedad de Mª Dolores Ros, en 1993.

El 1 de mayo de 1922, Agustín Malo de Molina y Pico la arrendaría a Agustín Merck y Bañón, y en 1932 pasaría a Manuel Malo de Molina. Fallecido éste en 1971, su oficina de farmacia fue, por poco tiempo, de la Sra. Viuda de Malo de Molina.

Huérfana la botica, fueron muchos la que la rondaron, pasando finalmente a manos de la Lda. Dª María Dolores Ros, su última propietaria.

Aún sobrevivían las arábicas estructuras que daban acceso a la histórica rebotica.

Aún sobrevivían las arábicas estructuras que daban acceso a la histórica rebotica.

Interiores

Interiores

Botamen

Botamen

Detalle del fresco realizado en el techo por Ussel de Guimbarda que representa al antiguo médico griego, Galeno, precursor de la medicina moderna.

Detalle del fresco realizado en el techo por Ussel de Guimbarda que representa al antiguo médico griego, Galeno, precursor de la medicina moderna.

Para finalizar reproduzco el último párrafo del libro “La botica de la Calle Mayor de Cartagena”, escrito por José Guillermo Merck-Luengo en 1994, y que me llevan a evocar, con melancolía, aquella botica sencilla y grande en nuestra historia: “Cuando nos alejábamos de la Farmacia, vimos en la puerta del establecimiento, a la hija de la titular, una linda adolescente, y me imaginé a los entrañables fantasmas de la Botica rodeando a la chiquilla y comentando alborozados su grata presencia. Estoy seguro que las figuras y figurones de nuestra pequeña historia se llevaron, ante la joven generación, una gran alegría: La vigencia y continuidad de la memorable Farmacia de la Calle Mayor de Cartagena estaba gozosamente garantizada”.

El Arsenal Militar

En 1717, bajo el reinado de Felipe V, la marina de guerra emprende la creación de tres departamentos marítimos con sedes en el Ferrol, Cádiz y Cartagena. En estas ciudades se ubicará un arsenal que incluirán astillero, edificios auxiliares y obras de defensa. En 1731, se decide como emplazamiento para el Arsenal de Cartagena, el antiguo fondeadero conocido como Mar de Mandarache y el 20 de febrero de 1732 comienzan las obras, proyecto del ingeniero Sebastián de Feringán, al que sustituirá, tras su muerte en 1762, Mateo Vodopich.

Jorge Juan, marino y científico, aportaría una serie de elementos tan importantes como novedosos para el Arsenal, entre ellos, los diques de carenar en seco, y las “bombas de fuego”, máquinas de vapor destinadas a achicar el agua para la formación de dichos diques, ambas innovaciones, únicas, por entonces, en el Mediterráneo.

Puerta Monumental de entrada al Arsenal

Puerta Monumental de entrada al Arsenal

Las obras concluyen el 31 de enero de 1782, con Carlos III en el trono de España.

La designación de Departamento Marítimo del Mediterráneo supondrá para Cartagena recobrar su antigua importancia.

En 1752, se mandó edificar la Puerta Principal en el “lugar de mejor vista”. Esta es la única que se mantiene de las construidas en las murallas de Cartagena.

Su torre, adosada por Tomás Tallarie en 1865, está rematada por una campana de bronce llamada “María Bárbara” y un reloj torre de cuatro esferas iluminado por gas. Este reloj, propuesto por el profesor de relojería Francisco Anestares en 1776, hubo de pasar numerosas vicisitudes hasta ser colocado, al fin, en 1866.

Fotografía de la puerta engalanada. 1874

Fotografía de la puerta engalanada. 1874

La triple puerta en los años 20. A la izquierda de la imagen lucen las primeras ramas del árbol de Navidad.

La triple puerta en los años 20. A la izquierda de la imagen lucen las primeras ramas del árbol de Navidad.

Puerta del Arsenal en los años 60.

Puerta del Arsenal en los años 60.

Los cañones de las puertas pertenecieron al navío francés “Neptune”, que participó en la batalla de Trafalgar (21 de octubre de 1805).

Arsenal 5

Arsenal 12

La bandera, que durante muchos años ondeó en la puerta principal, fue trasladada al interior del Arsenal el 26 de junio de 1989. El motivo de este traspaso fueron los atascos que se formaban en la calle Real con el izado y arriado diario, pues algunos vehículos se detenían como muestra de respeto hacia el símbolo.

1862. Navío de Isabel II en su visita a Cartagena, atracado en el Arsenal. Hasta esa fecha, el Puerto de Cartagena sólo había sido un pequeño embarcadero frente a la Muralla del Mar.

1862. Navío de Isabel II en su visita a Cartagena, atracado en el Arsenal. Hasta esa fecha, el Puerto de Cartagena sólo había sido un pequeño embarcadero frente a la Muralla del Mar.

El conjunto de edificaciones lo componía el almacén general, el cuartel de penados, la puerta, el cuerpo de guardia y el parque del ejército.

Actualmente, su interior alberga una dársena de forma cuadrada, diversos edificios destinados a talleres, cuarteles y la Base de Submarinos.

El Arsenal tiene el cometido primordial de apoyar a los buques basados en Cartagena, submarinos, cazaminas, corbetas y buques auxiliares como el oceanográfico Hespérides.

Año 1872. Detalle del Arsenal desde el Barrio de la Concepción.

Año 1872. Detalle del Arsenal desde el Barrio de la Concepción.

A la derecha de la imagen vemos la entrada principal y la muralla que rodea al Arsenal y conforma la calle Real. En primer plano el baluarte B6 y parte de la cortina de muralla que desviaba las aguas de la Rambla de Benipila hacia la Algameca Chica.

A la derecha de la imagen vemos la entrada principal y la muralla que rodea al Arsenal y conforma la calle Real. En primer plano el baluarte B6 y parte de la cortina de muralla que desviaba las aguas de la Rambla de Benipila hacia la Algameca Chica.

Panorámica y vista del Arsenal hacia 1900. A la izquierda, los diques de Feringán, actual Base de Submarinos.

Panorámica y vista del Arsenal hacia 1900. A la izquierda, los diques de Feringán, actual Base de Submarinos.

Arsenal

Entrada al antiguo Mar de Mandarache. En la dársena y junto a un buque destaca la “Machina”, grúa que colocaba la arboladura en los mástiles de los barcos.

Otra vista del Arsenal.

Otra vista del Arsenal.

Vista del Arsenal en 1909. Al fondo se distinguen las chimeneas de la fábrica de la luz, en la Alameda de San Antón.

Vista del Arsenal en 1909. Al fondo se distinguen las chimeneas de la fábrica de la luz, en la Alameda de San Antón.

El dique flotante.

El dique flotante.

El Pelayo en el Dique.

El Pelayo en el Dique.

ESCANE63

7-2-1939.  Vista aérea durante uno de los bombardeos de la Guerra Civil. Varias bombas, que aparecen en la foto como pequeños hongos, explotan sobre la Base de Submarinos.

7-2-1939. Vista aérea durante uno de los bombardeos de la Guerra Civil. Varias bombas, que aparecen en la foto como pequeños hongos, explotan sobre la Base de Submarinos.

Una vista aérea del Arsenal del año 1962. En primer plano, la Base de Submarinos y los diques flotantes.

Una vista aérea del Arsenal del año 1962. En primer plano, la Base de Submarinos y los diques flotantes. Podemos apreciar el prototipo de Isaac Peral expuesto en los jardines, frente al dique de mayor tamaño.

1929. Interior del Taller del Parque. Sala de aparatos para desencasquillado.

1929. Interior del Taller del Parque. Sala de aparatos para desencasquillado.

1929. Taller de Prensas.

1929. Taller de Prensas.

La fachada del antiguo cuartel de penados fue realizada, en 1911, por Celestino Aranguren, siguiendo un estilo de clasicismo modernista muy usual en las construcciones industriales. En esta fachada destaca la ventana termal, flanqueada por grandes pilares. Años después la prisión se transformó en Cuartel de Instrucción de Marinería (CIM).

CIM 2

CIM 1